Hablamos sobre motivación, un gran tema, tanto si lideras un equipo como si estás atravesando un momento en que te sientes algo desmotivado. Antes de darte las 8 ideas para mejorar la motivación del equipo, déjame darte brindarte unos datos sobre el asunto a escala mundial. Gallup es una consultora que realiza estudios a escala mundial sobre motivación laboral. Año tras año, publica un informe sobre el estado del trabajo en el mundo y uno de los indicadores que tiene en cuenta es el compromiso de los empleados en su trabajo.
En esta investigación establecen tres niveles:
Primero, los empleados comprometidos, es decir, aquellos involucrados y entusiasmados con su trabajo. Se sienten «propietarios» de su empleo, impulsan el rendimiento y la innovación, y son los que mueven la organización hacia adelante.
Segundo, lo que ellos llaman «empleados no comprometidos». Son personas que se sienten desapegadas de su trabajo, no se sienten comprometidas del todo. Le dedican tiempo pero no energía, no les apasiona lo que hacen.
Y, finalmente, lo que llaman «empleados activamente desconectados». Son los que no solo están descontentos sino que están resentidos. Son los trabajadores que socaban la energía de los compañeros que están comprometidos.
Pues bien, ¿Te atreves a imaginar en qué porcentajes está el mundo? Pues bien, atención: solo el 20% de los trabajadores se sienten comprometidos con su trabajo. Solo 20 de cada 100 personas van cada día al trabajo entusiasmadas. De todas las regiones del mundo, Europa Occidental es la que presenta un porcentaje más bajo: el 11%. En España, solo el 8% de los trabajadores afirma estar apasionado con lo que hace. Brutal.
Hablemos sobre la motivación del equipo
Antes de tratar de responder a la pregunta sobre cómo revertir esta situación, déjame aclarar algunos aspectos sobre la motivación:
- Hablar de motivación es hablar de deseos, de necesidades no satisfechas. Lo que activa la motivación de una persona es la vocación de satisfacer una necesidad, la vocación de dar respuesta a un deseo.
- Cada persona tiene sus propios deseos. Por ejemplo, María es miembro de un departamento y quiere ascender. La mueve un deseo de status, de reconocimiento. Junto a María está Pablo, compañero suyo que también quiere ascender. Para Pablo lo importante es el logro, alcanzar sus metas, cumplir con su propósito. Como vemos, María y Pablo quieren optar al ascenso pero lo que les mueve es distinto. Para María, el prestigio. Para Pablo, el logro.
- Fíjate que hablar de motivación es hablar de una energía que nos mueve y nos impulsa a la acción. Pero cuidado porque no siempre conseguimos satisfacer nuestras necesidades. Cuando una persona no consigue alcanzar un objetivo que anhela, el resultado es un estado de frustración más o menos duradero, que produce ansiedad y tensión.
De todo lo que he expuesto hasta ahora creo que podemos inferir ya algunas conclusiones importantes:
- No todas las personas nos motivamos igual. Para algunos puede ser muy motivador recibir recompensas económicas mientras que para otras lo importante es la conciliación. Esto choca de frente con esas políticas en empresas que tienden a tratar a todas las personas de la misma forma. Este enfoque es poco realista pues olvida que las personas tenemos deseos distintos las unas de las otras.
- La segunda conclusión y más importante es que tu no puedes motivar a nadie, no eres el responsable de la motivación de los demás. tampoco si eres el jefe. Las personas se motivan solas, la motivación es algo personal, es algo que depende de cada uno.
- Sin embargo, si eres jefe, si puedes intervenir en las circunstancias, en el entorno donde se trabaja, sí puedes facilitar la creación de un entorno de trabajo donde no se desmotive. Es importante encontrar qué motiva a cada persona del equipo, que factores activan su motivación: dinero, seguridad, relaciones, poder.. y asegurarse que sean posibles.
No eres el responsable de la motivación del equipo
Dicho todo esto, relax. Fíjate que ya nos hemos quitado algo de peso. Si coordinas a un equipo, siéntete más libre. No eres el responsable de la motivación de cada miembro del equipo. Sí eres responsable de garantizar un entorno en el que cada miembro del equipo pueda satisfacer su necesidad o deseo. De algún modo es como si fueras un puente, un puente entre las necesidades de la organización y las necesidades de las personas. Se trata de conectar, de conectar esas necesidades.
De nuevo, permíteme, relax. Hablar de motivación no es fácil y no existen recetas que podamos aplicar y que funcionen universalmente. Así somos las personas, diversas y plurales así que va a ser necesario ese trabajo de mantener conversaciones, de conocer más y mejor a nuestros colaboradores. De crear espacios de auténtica comunicación.
8 Ideas para motivar al equipo
Ahora quisiera darte algunas recomendaciones que puedes poner en práctica desde este mismo momento y que tienen sentido en el marco de este entorno de acompañamiento, de interés sincero en el otro.
1. Reconoce y recompensa el éxito. Hazlo con frecuencia y en público. Muchas organizaciones tienen procesos de evaluación del desempeño. Una o dos veces al año, recursos humanos promueve que los directivos evalúen a sus equipos y se producen reuniones más o menos incómodas donde nadie tiene muy claro qué es lo que se debe hacer. El antídoto a estas evaluaciones poco efectivas es el feedback constante. No esperes para reconocer el trabajo de tu equipo, cada día hay alguna razón para agradecer o algo que celebrar. Además, si lo haces en público lanzas un mensaje muy claro: explicas qué comportamientos son deseados y porqué razones. Creo que a todos nos gusta que nos den una palmada en la espalda. Pues va de eso.
2. Promueve una cultura del reconocimiento orientada al comportamiento de las personas, no a los resultados. Sucede que la empresa dice querer promover el trabajo en equipo interdepartamental pero que en el momento de las retribuciones económicas, los bonus están vinculados a logros individuales. Como ves, un problema de coherencia. Siempre que puedas, vincula el reconocimiento al comportamiento, no a los resultados. Los resultados son efímeros, los comportamientos permanecen.
3. Reconoce que a veces no hay ganancia sin algo de sufrimiento: Un miembro que no suma al equipo puede llegar a minar la motivación del conjunto. Una persona que se queda pero que deja de estar interesada por su trabajo puede ser tan o más dañina que una fuga de talento. Se que no es fácil pero a veces es necesario pasar a la acción. No hacer nada también es hacer.
4. Corrige a tiempo, en privado y define el marco de actuación con claridad. Cuando un colaborador pasa una línea roja en la organización es importante reaccionar. Lo haremos a tiempo y siempre en privado. De cara al equipo, será siempre una oportunidad de aprendizaje y una oportunidad para redefinir los límites y fronteras que decidimos que no se pueden cruzar en nuestra organización. Este aspecto de la motivación pasa por reconocer el conflicto como algo connatural al ser humano y como una oportunidad de aprendizaje.
5. Establece un vínculo con cada persona del equipo: la empresa es un equipo y los equipos funcionan mucho mejor cuando los miembros se llevan bien entre ellos. Cuanto más unidos, mejores serán los resultados. Por tanto, trabaja para establecer una conexión, haced cosas juntos que aporten valor a la relación.
6. Inspira con un objetivo compartido. Explica una y otra vez cual es el propósito de la organización, qué es lo que vais a alcanzar juntos y enfatiza la contribución que harán las personas con su trabajo diario. Esto hará que reconozcan la importancia de su trabajo, lo importante de su tarea.
7. Autonomía e información deben ir de la mano. Es conveniente que las personas tengan una cierta autonomía o capacidad de decisión para llevar a cabo su tarea. De la misma forma que necesitan disponer de la información necesaria para cumplir con sus objetivos. Facilitar esta autonomía e información es una responsabilidad directa de las personas con roles de liderazgo. Porque, recuerda, tu misión no es motivar a las personas sino facilitar un entorno donde la persona pueda conectar con aquello que la motiva. O, dicho de otro modo, debes ocuparte de evitar la desmotivación.
8. Ocúpate del desarrollo de las personas con conversaciones de calidad. Tu papel como líder tiene que ver con estimular, guiar, reflexionar, explorar ideas, incentivar el entusiasmo y dirigir la acción, mucho más que ejecutar tareas. Ayudar a las personas a crecer profesionalmente es una responsabilidad fundamental de los roles de liderazgo. El desarrollo profesional es una de las más poderosas e infrautilizadas palancas de que disponen los directivos para impulsar el compromiso, la fidelidad y los resultados.
Espero que estas indicaciones te sirvan y que puedas ponerlas en practica. Motivar es todo un arte pero empecemos por crear un entorno que en lugar de restar, sume. Cuenta conmigo si puedo ayudarte a ti o a tu equipo a trabajar con mayor grado de motivación. Te invito a que te suscribas para recibir todas las noticias del blog una vez al mes en tu correo: