Skip to main content

El teletrabajo ha venido para quedarse y muchos equipos, en estos momentos, están adaptándose a funcionar de manera 100% digital. No hace tanto que la jornada laboral transcurría plenamente en la oficina hasta que un virus, forzó a muchísimas organizaciones a trasladar su actividad de forma remota al 100%.

Algunas personas se sienten comodísimas con el cambio. Les gusta trabajar desde casa, son autónomas, concilian mejor e invierten en otras cosas el tiempo que antes gastaban en transporte. Para otras personas, en cambio, el teletrabajo no ha resultado ser lo que esperaban. El no poder separar vida personal de profesional, compaginar el trabajo con el cuidado a hijos o mayores, la falta de un espacio o la necesidad de sociabilizar están detrás de sus ganas de volver a la oficina, cuanto antes mejor.

Sea como sea, lo que está claro es que debemos aprender a trabajar en remoto. Ya sea porque nuestra jornada será plenamente online o porque combinaremos presencialidad con virtualidad. Un aspecto importante del trabajo en equipo es el tema de la distancia. No son pocas las personas que dicen sentirse más solas y aisladas trabajando en remoto.

Existe una fundación llamada Amigos de los Mayores que se dedica a acompañar a personas mayores que vivien en situación de soledad no deseada. Con ellos aprendí que la soledad es un sentimiento subjetivo, es decir, que depende de la persona. De hecho, creo que todos tenemos experiencia de estar rodeados de gente pero, a la vez, sentirnos profundamente solos. También allí aprendí que hay dos tipos de soledades:

  • Por un lado, la soledad deseada, esa que nos ayuda a crecer, que permite el cambio y la instrospección
  • Pero por el otro, la soledad no deseada, esa que se impone y que no elegimos.

Pues bien, parece que el trabajo online ha supuesto para algunas personas conectar con esta soledad, una soledad no deseada.

Karen Sobel es una investigadora que formuló hace algunos años el concepto de «distància virtual». Es un concepto interesante, porque intentó medir la distancia que separa a las personas, estén trabajando en remoto o en presencial. Para hacerlo, creó este concepto de distancia virtual que se compone de 3 elementos:

  1. El primero es la distancia física o geográfica, es decir, naturalmente me sentiré más lejos de alguien que viven en otra región del mundo.
  2. El segundo es la distancia operativa, es decir, la distancia que surge entre los miembros de un equipo fruto de aspectos como el tamaño del equipo, distintos niveles de compromiso, las habilidades de cada uno… Por ejemplo, si formo parte de un equipo en el que todo son ingenieros y yo soy la única comunicadora me sentiré más distante que si formo parte de un equipo donde todos tenemos habilidades parecidas.
  1. Y el tercer componente segun Sobel es la distancia de afinidad, es decir, cuan afines somos entre nosotros o respecto al resto de departamentos. Esto puede venir determinado, por ejemplo, por factores culturales. Si en mi equipo hay personas que provienen de un entorno social y cultural parecido al mío es probable que sienta más cercanía.

Así que, según Sobel, la distancia no tiene nada que ver con el trabajo online. Me puedo sentir lejos de alguien a pesar de estar trabajando codo con codo en la misma oficina. La pregunta que te lanzo es: ¿De qué manera vas a trabajar en la distancia virtual con tu equipo? Y si trasladas estos conceptos a tu entorno persona, ¿de qué manera vas a reducir la distancia respecto de los tuyos?

Cuenta conmigo para trabajar en habilidades de liderazgo y comunicación.

Eulàlia Tort

Eulàlia Tort

Soy Eulàlia Tort, Coach experta en comunicación. Ofrezco los servicios de: Coach Profesional / Coaching para Particulares / Consultoría / Formación a medida.

Leave a Reply