Imagino que habrás escuchado hablar sobre la importancia de las habilidades personales o las habilidades sociales en el trabajo: las llamadas soft skills o habilidades blandas. De hecho, Linkedin lanza cada año un ranking de las habilidades más demandas a nivel global por las empresas. Este es un listado que está bien conocer porque nos indica cómo evoluciona el mercado laboral y los caminos que toman los entornos corporativos. En un entorno cambiante, nos puede servir como brújula.
Estarás de acuerdo conmigo en que los estudios universitarios se han enfocado muchísimo en la transmisión de conocimientos duros, es decir, aquellos que forman parte del ADN de la profesión que una haya elegido. Y está bien que así sea. Yo soy profesora asociada en distintas universidades y realmente creo que es fundamental la transmisión de conocimiento para formar a buenos profesionales. Te pondré un ejemplo. Imaginemos a un estudiante de arquitectura. Evidentemente, el conocimiento de la física, las matemáticas o la ingeniería resulta fundamental, totalmente imprescindible para que este estudiante se convierta en un arquitecto capaz de diseñar viviendas y espacios (¡y que no se caigan!).
Permíteme ahora ir un paso más allá. Junto al conocimiento de las matemáticas o la física, este chico probablemente también necesite aprender a trabajar en equipo porque dificilmente el diseño o construcción de un edificio va a depender solo de él. Es probable que también necesite ser capaz de comunicarse efectivamente para transmitir sus ideas a los colaboradores, proveedores, clientes. Será bueno que también sepa gestionar el conflicto porque a lo largo de su carrera profesional se va a encontrar con situaciones incómodas. O que sepa manejar sus emociones porque la frustración, la alegría o la ira van a formar parte de cualquier proyecto.
Todas estas habilidades, las llamadas habilidades blandas o soft skills, son fundamentales para el trabajo y, lamentablemente, han quedado relegadas en un segundo puesto en los curriculums académicos. En mi opinión, la academia se ha enfocado mucho en el «saber» y no tanto en el «ser».
El entorno laboral marca el cambio
La buena noticia es que las habilidades blandas se entrenan y la experiencia profesional es una gran fuente de conocimiento. En el fondo, todos hemos desarrollado nuestras soft skills a partir de las experiencias que hemos vivido a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, puede ser que haya un cierto desencaje entre la propia experiencia y lo que solicita el mercado laboral. En este sentido, merece la pena ver cuales son las habilidades blandas más demandas este 2020 según Linkedin:
- Creatividad: capacidad por innovar, por interpretar los acontecimientos o las circunstancias desde otras perspectivas.
- Persuasión: capacidad de influir en la otra persona.
- Colaboración: muy vinculada con el trabajo en equipo, con saber que nada es posible si no es sumando.
- Adaptabilidad: tiene que ver con la flexibilidad, con la capacidad de encaje a nuevos escenarios.
- Inteligencia emocional: manejar las propias emociones y también las ajenas, ser capaz de sostenerlas.
Creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad e inteligencia emocional son las cinco habilidades que están marcando este 2020. Un buen ejercicio consistiría en preguntarse cuán cultivadas tengo estas habilidades, es decir, medir en cuales me siento más cómoda y en cuales tengo una área de mejora más clara. Los profesionales de recursos humanos, junto a un muy buen conocimiento técnico, buscan también profesionales que sean capaces de adaptarse a entornos cambiantes, a equipos flexibles y con valores que encajen con los corporativos. Te recomiendo que junto a tu conocimiento teórico y experiencia profesional, destaques también tus habilidades blandas.
Las habilidades de comunicación
Persuadir, colaborar, adaptar y manejar las emociones tiene mucho que ver con las habilidades de comunicación, aquellas soft skills que permiten la comunicación entre personas. Sin ellas, no podríamos cerrar acuerdos de negocio, conectar con la audiencia o fomentar nuevas formas de pensar en los equipos. Tener habilidades comunicativas significa ser capaz de transmitir información de forma clara, directa, comprensible para que las cosas se entiendan, para que las cosas se hagan.
A lo largo de mi experiencia me he encontrado con profesionales con grandes capacidades y conocimientos técnicos pero con pocas habilidades para liderar equipos, escuchar, resolver conflictos o hablar en público. En este sentido, resulta fundamental apostar por la formación en habilidades blandas en el entorno corporativo, especialmente ahora que coexisten diferentes generaciones en una misma oficina. Baby boomers y millenials tienen expectativas y motivaciones distintas que va a ser necesario gestionar, también desde la formación y la comunicación:
- La escucha, ser capaz de prestar atención al otro, desde una vocación de escucha sincera y auténtica es fundamental en el entorno profesional, desde el liderazgo de equipos hasta las técnicas de ventas.
- La empatía es la posibilitadora del desarrollo de las relaciones, ya sea con clientes, proveedores o equipo.
- La comunicación verbal y no verbal, desarrollar la capacidad de compartir información para persuadir, sin importar si hablamos ante nuestro equipo o una gran audiencia.
- Comunicar con claridad, con concisión, con precisión porque menos es más y se trata de ser eficaces.
Nadie nace enseñado y como decíamos antes, la buena noticia es que las habilidades de comunicación se entrenan. Será un placer para mi acompañarte a ti o a tu organización en este proceso.