Si solo ante la idea de tener que hacer una presentación te pones nerviosa, déjame darte algunas recomendaciones que creo que te pueden servir. Existen muchísimos recursos y técnicas a tu alcance pero creo que todos ellos confluyen en estos cinco principios que te voy a compartir. No importa si tu reto consiste en liderar una reunión de equipo, hacer una presentación ante un auditorio, defender la tesis o presentar el TFM. Con estos cinco principios te enfocarás más en el reto comunicativo y dejarás menos espacio para los nervios y el miedo. Empecemos:
- Prepárate. Se que parece evidente pero no me canso de repetirlo. Tu eres la persona responsable de que el contenido de esa reunión, charla o presentación sea el adecuado. Prepara el mensaje, ten claro qué idea quieres que se lleven las personas que han estado escuchándote. Si puedes resumir esa idea principal en una frase, incluso mejor. Y no tengas miedo a repetirla tantas veces como sea necesaria. Prepara tu intervención, documéntate, conviertete en la persona experta.
- Practica la empatía. Este es un principio fundamental: piensa en qué esperan las personas que van a estar allí escuchándote, qué necesitan obtener de tí para sentir que este tiempo ha merecido la pena. Junto a la preparación técnica, antícipate a las necesidades de tu público (ya sea un auditorio de desconocidos o tus compañeros en la oficina). Piensa en qué necesitan y asegúrate de que se lo ofreces en tu charla.
- Las emociones se contagian así que sonrie. Hablamos de ello en un post anterior: todo se pega menos la hermosura. Si entras nerviosa a la sala, vas a transmitirlo; si entras segura, también. Procura prepararte los instantes antes de iniciar tu presentación, pon foco en tus emociones y manéjalas para evitar que te desborden. Aprovecha un recurso que está a tu disposición: simplemente sonríe. La sonrisa es poderosa, genera empatía y se contagia.
- Pon foco en el ahora y aquí o, lo que es lo mismo, practica la presencia al 100%. Los problemas de fuera, se quedan fuera. Cuando entras en la sala para liderar una reunión o hacer una presentación no es momento de estar pendiente de otras cosas. Esto tiene que ver con estar concentrada, poner foco en lo que ahora te ocupa y dejar marchar el resto de cosas.
- ¡Disfruta! Claro que sí, ¡disfruta! Has trabajado duro, te has preparado, has reunido a gente dispuesta a escucharte, tienes algo que decir…. ¿Qué más se puede pedir? Parece que crecemos con la idea de que hablar en público da miedo, que exponerse ante la mirada de los demás es de valientes, que hay que hacerlo perfectamente sin permitirnos ningún error…. Crecemos con unas ideas que nos condicionan nuestra forma de vivir la experiencia así que te propongo que pases de toda esta mochila que arrastramos y te atrevas a disfrutar. Por ti misma y a tu manera.
Me encantará conocer tu opinión y sobre todo, aprender de tu experiencia. Acompaño a personas en el reto de hablar en público y evidentemente este no es un reto que se consiga en dos días. Pero con constancia y práctica, te aseguro, se puede aprender e incluso, disfrutar. Será para mi un placer acompañarte en el proceso de aprender a hablar en público.