Esta pregunta es un clásico y como ya te puedes imaginar, no tiene una única respuesta ni existe una receta mágica que podamos aplicar en cualquier contexto y a cualquier persona. Cada uno de nosotros somos fruto de una serie de experiencias vitales y hemos crecido en contextos culturales que condicionan quienes somos y qué nos motiva. Es un hecho que para algunas personas, los ingresos económicos son un factor importantísimo mientras que para otras, aquello que realmente les motiva en el trabajo, es el aprendizaje o la capacidad de desempeñarse con autonomía.
La clásica división
DC Ryan realizó una clasificación que puede resultar tremendamente útil. Distinguió entre los factores extrínsecos y los factores intrínsecos. Empecemos por los primeros, los factores extrínsecos. Habitualmente son externos y son los que prové la empresa de forma más «tradicional». Los clásicos ejemplos son salario, título o cargo, incentivos o competiciones entre colaboradores. Por su parte, los factores intrínsecos tienen que ver con la capacidad de conexión con los valores de la persona: la capacidad de trabajar autónomamente, el sentimineto de pertenencia, la curiosidad, el aprendizaje o la vinculación con el propósito vital son sólo algunos ejemplos.
No dar por supuesto
Una de las lecciones de este trabajo de DC Ryan es que para motivar a una persona es necesario atender tanto a los factores extrínsecos como a los intrínsecos. No nos podemos quedar solo con unos. De hecho, si solo te focalizas en los factores extrínsecos (salario, cargo,…) puedes llegar a minar la motivación de una persona. Y la realidad es la mejor prueba: ¡cuántas personas, a pesar de sus buenos salarios, no se sienten motivadas en el trabajo!
Atención al gap generacional
Otro factor a tener en cuenta y que puede ser relevante es la cuestión de la generación. Numerosas investigaciones indican que millenials y baby boomers se motivan de forma distinta. Así, para los millenials, lo realmente relevante tiene que ver con factores extrínsecos y disponer de tiempo libre y ocio mientras que para los baby boomers, los factores intrínsecos son aquellos realmente relevantes. ¡Sorprendente!