Una jefa de marketing tenía que reportar al director general de su organización los resultados de la última campaña. A la reunión, le acompañaros los miembros de su equipo quienes habían estado trabajando duro durante los últimos meses para preparar creatividades, lanzamiento y seguimiento de la campaña. Cuando la responsable de marketing terminó la presentación y el director general se volvió hacia ella, le espetó con ironía: «¿Esto es lo mejor que podéis conseguir? ¿Son vuestros mejores resultados?».
La jefa de marketing, hundida, ya no dijo nada en toda la reunión. Cuando el director general se marchó todos dieron por concluida la reunión. Ella pasó las siguientes semanas dándole vueltas al comentario del director. Llegó a pensar en dejar el trabajo pero realmente disfrutaba con lo que hacía. Se armó de valor y fue a hablar con él. Le preguntó: «No comprendo qué es lo que esperaba. Tampoco se si quería humillarnos. ¿Porqué nos hizo esos comentarios tan duros?«.
El director general se quedó atónito. No había sido consciente del impacto que sus palabras habían tenido en ella. Tampoco era consciente de haber sido tan destructor. En el fondo, creía que era una muy buena campaña y que precisamente por eso iba a dar mejores resultados que los que le plantearon. Se disculpó con su colaboradora por no haber sido capaz de expresar mejor su opinión.
Lo que ha fallado en esta situación descrita es dominar el arte de saber expresarse, de saber dar feedback o hacer una crítica para que los demás sigan caminando en la buena dirección. Te comparto lo que NO debes hacer:
- Acusar con buenas dosis de indignación, sarcasmo y desdén
- Expresarte con comentarios generalizados tipo «lo estás haciendo fatal»
- Evitar asumir cualquier responsabilidad: «el problema es del otro»
- Ante cualquier respuesta por parte del interlocutor, mantenerte en la resistencia pasiva. «Tu no te bajas del burro»
- Evitar pronunciar un elogio
Una crítica planteada con mano izquierda es uno de los comentarios más útiles que cada uno de nosotros podemos hacer, especialmente en el entorno laboral. Aquí lo que SI debes hacer:
- Céntrate en lo que ha hecho la persona y olvídate de lo que podría haber hecho
- Concretar: céntrate en aspectos concretos y menciona lo que se ha hecho bien, lo que se ha hecho mal y cómo podría cambiarse
- Evita las ambigüedades o las evasivas: simplemente porque enturbian el mensaje
- Ofrece una solución: apunta a la solución del problema.
- Trabaja la empatía: ten en cuenta el efecto de lo que dices en el receptor
Para profundizar en este tema, te recomiendo el libro «Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional» de Daniel Goleman editado por Penguin Random House . Se trata de una selección de textos de Goleman sobre el impacto positivo de la inteligencia emocional en el rol de liderazgo.
Cuenta conmigo para acompañarte en el proceso de aprender a hacer críticas.