Vivimos en un mundo donde las organizaciones y sus equipos enfrentan cambios constantes. Así, la capacidad de adaptación al cambio se ha convertido hoy en un rasgo que muchas organizaciones buscan en sus líderes. A continuación quiero ofrecerte una serie de recomendaciones para acompañar estos procesos. Espero te puedan ser de utilidad:
- El mejor método: todo proceso de cambio entraña que la persona se identifique con ese cambio y que llegue a interiorizarlo, es decir, requiere de la adhesión de la persona, su compromiso o participación. En consecuencia, toda persona interesada en el proceso de cambio debe participar en él lo antes posible. Sin embargo, es necesario realizar una advertencia sobre cómo se puede conseguir la participación de los colaboradores. Los resultados de los estudios demuestran que cuando se alienta a los individuos a adoptar sus propios métodos y más tarde se impone el método óptimo o la solución aprobada, esas personas mostrarán cierta conformidad con la nueva propuesta, pero seguirán aplicando el suyo. Sin embargo, cuando a los miembros de un grupo se les proporciona un método óptimo aprobado, se apartarán de él en mucho menor grado. ¿La razón? Porque no han tenido la posibilidad de ensayar ningún otro método distinto del aprobado. En consecuencia, siempre que sea posible, deberemos introducir el método aprobado como un plan que se aplica a todo el grupo.
- Práctica separada y ensayos: cuando queremos introducir un cambio, es necesario un periodo de aprendizaje, ya que el rendimiento siempre mejora con la práctica. De hecho, la práctica constante puede llevar con el tiempo a una situación conocida como superaprendizaje en que la rutina y los procedimientos pasan a ser reacciones prácticamente automáticas. Por consiguiente, debemos prever ensayos cuando introducimos nuevos métodos junto a sesiones de capacitación. En este sentido, numerosas investigaciones demuestran que son más eficaces las sesiones de formación en periodos relativamente cortos en lugar de recurrir a una sola gran aportación de capacitación. Por tanto, periodo de aprendizaje y formación en cápsulas.
- Entrar a lo desconocido: solemos topar al comienzo con la necesidad de una fase de «descongelamiento» en los equipos destinada a acabar con viejos hábitos. Para facilitar un nuevo aprendizaje, suele ser más eficaz que la persona que aprende esté en un estado de «ansiedad» o «incomodidad» más que en una situación «confortable» porque si está en el confort, es probable que elija la información que la refuerza en sus viejos hábitos. Podemos usar esta información para mostrar que los procedimientos conocidos ya no son adecuados para los fines actuales. Si pasamos directamente a la introducción de nuevos métodos sin poner primero fin a prácticas establecidas, existe el grave peligro de que se produzcan efectos de transferencia negativos.
- Metas exigentes pero realistas: establecer metas realistas, ni demasiado fáciles ni imposibles pero algo superior a lo que se esperaría, acostumbra a ser la mejor opción para conseguir unos resultados extraordinarios. Existen amplias pruebas que muestran que unas grandes esperanzas unidas a una confianza sincera en una persona a menudo producen un incremento sobre el resultado esperado. Este efecto es acumulativo, ya que el mejor rendimiento estimula a la persona a asumir mayores responsabilidades y desarrollo.
Cuenta conmigo para acompañarte a ti y a tu equipo en la gestión del cambio.