Hay personas que pueden decir que «no» sin problemas. Para otras, en cambio, decir que «no» a algo o a alguien les resulta complicado. Si es tu caso, me gustaría darte algunas pistas sobre cómo puedes hacerlo de manera asertiva, es decir, respetando lo que tu necesitas y respetando a la otra persona.
Antes que nada dejame apuntar que decir que «no» es tu derecho. No aceptar el estado de las cosas o las demandas de otras personas es absolutamente legítimo. De la misma forma que es nuestro derecho decir que «si» o incluso poner algunas condiciones. Tal vez, si sientes que te cuesta decir «no» es porque temes el rechazo de la otra persona y te podría llevar a sentirte culpable. Te invito a que puedas explorar el origen de esta dificultad en un proceso de coaching para que de una vez por todas puedas respetar lo que realmente deseas.
Hay algunas recomendaciones que te propongo considerar. Si intuyes que vas a tener una conversación en la que tendrás que decir que «no», incluso podrías ponerlas en práctica. Verás que son de sentido común pero ayuda que puedas detenerte unos instantes, meditarlas y buscar tu propia forma de expresarte. Empecemos:
- Cuando vayas a decir que «no» demuestra que entiendes lo que la otra persona está expresando, cuan importante es para ella este tema. Te podría servir una frase tipo: «Soy consciente de lo que esto supone para tí…». Usando una expresión de este tipo, le estás transmitiendo a la otra persona que entiendes sus circunstancias, que la estás escuchando y comprendiendo.
- Mira a la cara. Este aspecto se refiere a la comunicación no verbal, a como acompañas tus palabras con tu corporalidad. Mirando a la cara, con la mirada directa, transmitirás seguridad además de confianza. Procura enfocarte en la otra persona y practica la presencia al 100%.
- Se clara, sin rodeos. Tal vez de forma inconsciente intentas suavizar tus respuestas con la intención de no herir a tu interlocutor. Déjame decirte que a menudo este tipo de respuestas confunden más que aclaran. Merece la pena que puedas expresarte con claridad, tanto para tí misma como para la otra persona. Si lo necesitas, puedes usar alguna expresión tipo «creo que merece la pena que me exprese con total claridad contigo…».
- Con voz firme, con tranquilidad, sin titubear. Como te decía, es legítimo decir que «no» así que no lo dudes y exprésate con tranquilidad y honestidad.
- Si lo consideras pertinente, expon los motivos pero sin explicaciones demasiado extensas. Puedes optar por acompañar ese «no» con las razones que lo explican, eso está bien. Pero tampoco te recrees en ellos, expon tus razones con sobriedad.
- Ofrece alternativas, soluciones. Esta es una buena práctica asertiva: consciente de la importancia que el asunto puede tener para la otra persona, puedes proponer alternativas que de alguna manera atiendan la petición de la otra persona a la vez que respetan tu necesidad. Puede ser una buena forma de tejer puentes entre interlocutores. Puedes usar fórmulas verbales tipo «me gustaría ofrecerte una alternativa o que buscasemos juntos una solución».
- Sostén la respuesta. Para decir «no» hay que ser capaz de sostener la respuesta de la otra persona. Tal vez te habrá pasado que tras decir «no», tu interlocutor ha respondido con chantaje emocional, agresividad o una persistencia desmedida. Te diría que te mantengas firme, que sostengas la conversación desde el respeto profundo a tu decisión.
- Asumiendo la responsabilidad. Decir que «no» puede implicar a veces consecuencias no deseadas o incluso, negativas. Forma parte de la responsabilidad con una misma el asumir estas consencuencias de forma responsable.
Como te comentaba, estas son solo algunas recomendaciones que puedes poner en práctica. Te invito a que encuentres tu propia fórmula para hacerlo. Practicar la comunicación asertiva puede ayudarte a profundizar, así como un proceso de coaching para entender qué te sucede en estas circunstancias. Podrías empezar observando qué te sucede cuando quieres decir que «no»: ¿te sucede con todo el mundo o solo con algunas personas? ¿En todos los entornos o se concreta en el familiar o laboral, por poner algunos ejemplos? ¿Tu cuerpo muestra algún signo de nerviosismo cuando vas a decir que «no»?. La autoobservación puede ser un primer paso.
Cuenta conmigo para acompañarte en el proceso de aprender a decir que «no».