«Me siento insegura cuando tengo que exponer mi idea ante los clientes», «No se lo suficiente sobre este tema y me van a pillar», «Me voy a equivocar», «No sabré contestar a todas las preguntas», «Me da miedo quedarme en blanco»,… ¿Te suenan estas afirmaciones? ¿Te las dices cuando debes hablar en público y exponerte ante una audiencia, ya sea de forma presencial u online? El miedo escénico es más habitual de lo que podría parecer. Hay investigaciones que indican que el 75% de la población a nivel global lo padece. Sus síntomas más habituales son sudoración y aceleración del ritmo cardíaco aunque hay personas que afirman no poder dormir bien la noche anterior y otras reconocen tener dificultades de concentración los días previos a la presentación. Si es tu caso, te invito a que puedas leer en este post los diez principios para desmitificar el miedo a hablar en público.
Lo que hay detrás del miedo a hablar en público
A grandes rasgos, podríamos considerar que hay tres razones que explican el miedo escénico. Ahora bien, antes de exponerlas, déjame aclarar que cada persona es única y particular y que será importante explorar en cada caso cuales son los factores en los que se fundamenta ese miedo:
- En primer lugar, hablamos de falta de competencia. Se da cuando pensamos que sabemos menos que nuestra audiencia. Es esa sensación de que las personas que me escuchan saben más que yo sobre el tema de la charla. Esta creencia provoca que el miedo aumente y, consecuentemente, que disminuya la confianza en las propias capacidades.
- En segundo lugar, la falta de costumbre. Como todas las cosas que haces por primera vez o de forma esporádica, hablar en público es una habilidad que se entrena. Cuanto más practiques, cuanto más expongas, más cómodo te sentirás. Es lo que la sabiduría popular transmite con el dicho «nadie nace enseñado». La mejor forma de gestionar este miedo provocado por la falta de costumbre es practicando y ensayando.
- En tercer lugar, la falta de estructura. Pienso sobre todo en esas personas a las que les cuesta definir el mensaje principal de su presentación o seleccionar las ideas que expondrán. Es cuando quiero decir muchas cosas pero termino por no decir ninguna de forma coherente.
Muchas personas me han comentado que cuando deben exponerse ante un auditorio (ya sea en una reunión de trabajo o en una presentación online), se sienten juzgadas. Tienen miedo de que «les pillen» en su supuesta falta de competencia y de no cumplir con las expectativas que los demás han depositado en ellas.
Si te reconoces en alguna de estas circunstancias, ya lo ves, no eres el único. La buena noticia es que cada una de estas limitaciones se puede trabajar y que con constancia y compromiso, lograrás disfrutar del hablar en público.
Los 10 principios para desmitificar el miedo a hablar en público
Joshua Kelly es profesor de la universidad de Queensland y desde allí ha elaborado una lista de 10 principios que contradicen muchas de las falsas creencias que rodean el arte de hacer buenas presentaciones. A mi particularmente me encantan y por eso he decidido compartirlos contigo:
1º principio: Hablar en público no tiene por qué ser estresante
La mayoría de las personas hemos crecido en un entorno en el que desde pequeñas se nos ha dicho que hablar en público es estresante y difícil. Ahora bien, hablar en público, como tantas otras cosas en la vida, no tiene porque ser necesariamente una mala experiencia; el mundo está lleno de personas que hacen buenas presentaciones y las disfrutan. A mi me ha pasado algo parecido con el dejar de fumar. He sido fumadora durante casi 25 años. Todo este tiempo he estado escuchando que dejar de fumar es difícil. Pues bien, ahora llevo más de dos años sin fumar y, la verdad, ha sido mucho más fácil de lo que esperaba.
2º principio: Hacer una buena presentación no significa ser perfecto
Puede que cuando vemos a alguien que comunica de manera brillante nos haga sentirnos pequeños. En esa persona observamos unas habilidades que lleva a cabo a la perfección. Pues bien, debemos aclarar que el arte de hacer buenas presentaciones no trata sobre ser perfectos (sea lo que sea que signifique eso) sino sobre dar a tu audiencia algo que considere valioso. En el momento de hacer una presentación, por supuesto se cometen errores, se olvidan fragmentos o se repiten ideas. Sin embargo, lo relevante no es la perfección técnica sino aportar valor a los que te escuchan. No te obsesiones con la perfección, obsesiónate por aportar valor a tus clientes, escucha bien qué es lo que necesitan de ti y ofréceselo de forma genuina.
3º principio: Sólo necesitas dos o tres ideas
Una buena presentación no da toneladas y toneladas de información, de detalles y de explicaciones. De hecho, numerosas investigaciones demuestran que la memoria es muy selectiva y que recordamos pocos elementos de una charla. Focalizarse en dos o tres ideas principales facilita tanto la tarea del orador como de la audiencia.
4º principio: Recuerda el propósito
Recuerda tu «para qué», lo que te motiva, lo que explica porqué eres tu el que está haciendo la presentación y no otra persona. Importa poco si otras personas saben más que tu, se trata de conectar con aquello que te hace único, particular, conectar con aquellos aspectos que solo tu, gracias a tu experiencia, puedes transmitir.
5º principio: Evita las comparaciones
Muchas personas se fijan en personajes que hablan en público y distorsionan o exageran sus habilidades. Por supuesto que hay oradores excelentes, solo faltaría. Pero no se trata de imitarles. Se trata de darte permiso para ser tu mismo. Eres una persona única e irrepetible, con unas experiencias vitales muy particulares…. ¡Pon todo esto en valor y deja de querer imitar a los demás! Es mejor ser una pieza original que una copia de una copia, ¿no crees?
6º principio: Humildad y humor
Cada persona debe encontrar su estilo pero hay dos herramientas tremendamente efectivas para comunicar con éxito: mostrarse humilde y dibujar una sonrisa. La humildad tiene que ver con mostrar la propia vulnerabilidad, fragilidad o incertidumbres. Mostrarse humilde incrementa la credibilidad y la confianza que una persona inspira. Y fíjate, lo verás muy claro: ¿confiarías en alguien que se muestra frío, distante, perfecto y que nunca reconoce un error? ¿Qué siempre dice hacerlo todo perfecto? ¿Realmente crees que esto es posible? Te recomiendo que puedas ver la Ted Talk de Brené Brown, el poder de la vulnerabilidad. No te dejará indiferente.
7º principio: Nada malo puede pasar
Este principio tiene que ver con aquellos pensamientos negativos que tienden a afirmar que si algo malo puede pasar, terminará por suceder. Te pongo un ejemplo: «el cliente me va a preguntar algo que no voy a saber responder». Date cuenta de que esto es un posibilidad, ¡REMOTA!. Recuerda que tu eres el mayor experto sobre tu proyecto. Además, ¿Qué es lo peor que puede pasar si no sabes contestar en ese momento? ¿Realmente te parece tan tan tan horroroso decir que en este momento no tienes la respuesta pero que con mucho gusto vas a investigar y a la mayor celeridad le darás los datos?
8º principio: Deja de querer controlar a tu audiencia
Esta principio trata sobre lo absurdo de gastar energías en aquello que escapa a tu control, es decir, influir en los señores y señoras que están allí sentados escuchándote. En el momento de hacer una buena presentación, la energía debe estar focalizada en lo que sí depende de ti, es decir, en tu gesticulación, en tus ideas, en tus ejemplos, en tu conexión.
9º principio: Encontrar el punto justo en la preparación
Hay que prepararse una presentación, sin duda. Ahora bien, un exceso de preparación puede confundir en vez de aclarar. Se trata de encontrar la metodología que funcione para cada persona y que sea el justo equilibrio entre la preparación y el exceso de control. En mi caso, por ejemplo, los días previos a una presentación, la ensayo. Empiezo mis ensayos una semana antes. Los primeros 3 días, por lo general, uso mucho mis notas y casi leo. A partir de aquí, la información se ha integrado de forma natural y ya soy capaz de presentar casi sin pensar.
10º principio: La audiencia quiere que te vaya bien
La mayoría de personas que escuchan una presentación empatizan con el orador, ya que probablemente también hayan estado en su situación. Esto implica que el punto de partida de la audiencia es empático, entenderán cualquier posible dificultad que viva el orador.
¿Qué te parecen estos 10 principios? Bajo mi punto de vista, este profesor de la universidad de Queensland ha sido capaz de sintetizar en 10 puntos muchas de las ideas que nos pasan por la cabeza cuando debemos exponernos ante la mirada de los demás. Espero que te sirvan para empezar a poner en tela de juicio estas creencias que lejos de lanzarnos hacia el éxito, nos hacen tirar para atrás. Cuenta conmigo si quieres entrenar tus habilidades de comunicación o las de tu equipo. Suscríbete al boletín electrónico para recibir los mejores artículos en tu correo solo una vez al mes.